03 diciembre 2006

La moda

> >Las mujeres somos víctimas de un complot urdido por mentes perversas
> >que se reúnen en un lugar secreto y deciden lo que ellos llaman
> >"tendencias de moda". ¿Quiénes son? ¿Cómo lo hacen? Yo me imagino que
> >llega Paco Rabanne y
> >dice:
> >
> >
> >
> >- "Veo, veo que este año se va a llevar el azul petróleo".
> >
> >
> >
> >Y saltan a dúo Victorio y Lucchino:
> >
> >
> >
> >- "Eso, eso. Y los jerséis sin mangas, pero de cuello alto ¡y que se
> >jodan!".
> >
> >
> >
> >¡Y ya te puedes dar por jodida! Porque la moda no es una industria. ¡Es
> >una secta dirigida por maricones!. Y de esos seres que nos odian ¿qué
> >podemos esperar?... Si nos hacen ir con esos pantalones que se abrochan
> >en la rabadilla y nos hacen creer que vamos tan bien (creo que lo hacen
> >para que luzcamos esos ridículos tangas que tanto molestan). O con esos
> >otros pantalones de  patalarga que van limpiando las aceras. Y es que,
> >¿saben lo que son las "fashion victims"?: son las mujeres que han caído en
> >sus redes y ya no pueden escapar. Esas que cuando se acercan a un
> >escaparate, oyen voces en su cabeza:
> >
> >
> >
> >- "El poder de la moda te obliga", "el poder de Dior te gobierna".
> >
> >
> >
> >  Realmente, yo me di cuenta del poder que tiene esta secta cuando
> >intenté comprarme un vestido rojo. Parece fácil, ¿verdad?, total un
vestido rojo...
> >Pues no. Porque las tiendas ¡están en el ajo!. Son las representantes de
> >Dior en la tierra. Y, claro, llego yo, y le digo a la dependienta:
> >
> >
> >
> >  - Buscaba un vestido rojo.
> >
> >
> >
> >  Y me suelta:
> >
> >
> >
> >- ¿Rojo? Este año no viene nada en rojo. Este año se lleva el azul petróleo.
> >
> >
> >
> >  - ¿Y eso rojo de ahí?
> >
> >
> >
> >- Eso es la funda del extintor, pero si quiere se la saco.
> >
> >
> >
> >  Así es como empiezan las sectas: ¡anulando tu voluntad! Porque, de
> >repente, me veo diciendo:
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> >
> >
> >- Vale, sácame uno azul petróleo de la 38.
> >
> >
> >
> >  Y, en ese momento, la dependienta me mira como se mira un SEAT Panda
> >desde un todoterreno:
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> >
> >
> >- ¿La 38? Tú estarás entre la 40 y la 42.
> >
> >
> >
> >Claro, yo la miro a ella como diciendo: "Y tu estarás entre gilipollas
> >y tonta del culo"
> >
> >
> >
> >Pero le digo:
> >
> >
> >
> >  - Perdona, yo soy una 38.
> >
> >
> >
> >- No, si ya. Pero es que este año viene la 38 ceñida, ¿sabes?
> >
> >
> >
> >  Y es que ese es el segundo paso de la estrategia de la secta: minarte
> >la autoestima para poder dominarte mejor. Ahí, yo le dije:
> >
> >
> >
> >- Con esto no me pillan ¡Yo me pruebo la 38 aunque me la tenga que
> >meter a rosca!
> >
> >
> >
> >Y, claro, te miras al espejo y lo que ves es: una morcilla. Una
> >morcilla azul petróleo.
> >
> >
> >
> >Y digo yo: si en todo el mundo un metro es un metro y un kilo es un
> >kilo, ¿por qué la talla 38 no es siempre la talla 38?. Tú vas al
> >Carrefour y la talla 38 se la puede poner King África y, sin embargo,
> >vas a Versace y la
> >38 no se la pone ni Melody. Total, que hice lo que hacemos todas:
> >llevármelo. Si, porque pensé lo que pensamos todas:
> >
> >
> >
> >- "Así me obligo a adelgazar".
> >
> >
> >
> >Me obligo a adelgazar. ¿Seremos idiotas?   A las dos semanas te estas
> >obligando a regalárselo a tu sobrina. Es como comprarte unos zapatos
> >del 34 para obligarte a que te encoja el pie. Pero es que ese es otro
> >de los síntomas de que estás entrando en la secta: someterte
> >voluntariamente al sufrimiento físico. Aunque, a veces, cuando todavía
> >no estas abducida del todo, consigues tener un momento de lucidez y
decir:
> >
> >
> >
> >- "No, no me lo llevo".
> >
> >
> >
> >Y, entonces, esa enviada del mal que es la dependienta te dice la frase
> >definitiva:
> >
> >
> >
> >- Llévatelo, no seas boba, ¡que lo puedes devolver!
> >
> >
> >
> >¡Y lo compramos! Como lo puedes devolver.... Eso es como comerte un trozo
> >de
> >moqueta: ¡como lo puedes devolver!. Así que volví a casa con mi vestido
> >azul petróleo de la 38. Me lo pongo y le pregunto a mi marido:
> >
> >
> >
> >- ¿Cómo me queda?
> >
> >
> >
> >- Pequeño.
> >
> >
> >
> >- ¿Sí? ¿Me marca mucho?
> >
> >
> >
> >  -  Te va a hacer llagas.
> >
> >
> >
> >Ahí me dije: "Pepa, contente. Esta es otra prueba. La secta de la moda
> >quiere que rompas lazos con tu entorno". "¡No, no van a poder
> >conmigo!". Me lancé a la calle y no paré hasta que encontré el único
> >vestido rojo que quedaba en toda la ciudad. Cuando lo ví, dije:
> >
> >
> >
> >  - "¡Me lo compro! ¡Que le den a Paco Rabanne. Y que Victorio le de a
> >Lucchino!" ¡Ja!
> >
> >
> >
> >Y salí de la tienda triunfante, con mi vestido rojo. Pero la alegría me
> >duró dos escaparates. Es algo que nos pasa a todas las mujeres. De
> >repente, se te viene el mundo encima:
> >
> >
> >
> >- "Coño, ¿y que hago yo con un vestido rojo, si este año lo que se
> >lleva es el azul petróleo?".
> >
> >
> >
> >Oye, que no pude pegar ojo en toda la noche. Tuve unas pesadillas...:
> >Estaba yo en una misa negra, atada de pies y manos, y los
> >
> >  grandes gurús de la moda, rodeándome como en Polstergeist:
> >
> >
> >
> >- "Pepa, ¡veeen hacia el glamour!"
> >
> >
> >
> >  Total, que me desperté, empapada en sudor y dije:
> >
> >
> >
> >- "!Vale, está bien! !Me rindo!"
> >
> >
> >
> >Me unté entera con vaselina para que me entrara el traje, y me presente
> >en la boda de mi amiga Jessi, vestida de azul petróleo. Cuando llegué a
> >la iglesia me encontré con que íbamos todas iguales... Allí había más
> >azul petróleo que en una playa del golfo Pérsico. Ahí te das cuenta de
> >que te han captado, has entrado en la secta, y a partir de ese momento:
> >
> >
> >
> >HONRARAS A VICTORIO Y A LUCCHINO
> >
> >NO NOMBRARAS A  CHANEL EN VANO
> >
> >Y AMARAS A DIOR SOBRE TODAS LAS COSAS
> >

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